Hermana Gloria Cecilia Narváez / Crédito: CEC

El presidente del Departamento de Animación Misionera de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Mons. Francisco Múnera, recordó que este 7 de febrero se cumplen cuatro años del secuestro de la hermana Gloria Cecilia Narváez por parte de yihadistas en Mali, y afirmó que la Iglesia continúa orando por ella.

“La Iglesia sigue orando por su salud y pronta liberación”, así lo indicó el también obispo de San Vicente del Caguán.

En declaraciones a la agencia vaticana Fides, la hermana Noemí Quesada, ex Superiora General de la Congregación Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, a la cual pertenece la hermana Gloria Cecilia, dijo que “lamentablemente, hasta ahora los esfuerzos para su liberación no han tenido éxito”.

“Pedimos urgentemente a los secuestradores que la liberen cuanto antes, porque no está bien de salud. La hermana Gloria está sufriendo mucho, al igual que la Congregación y su familia”, dijo la religiosa.

La hermana Gloria Cecilia Narváez fue secuestrada a los 55 años el 7 de febrero de 2017 por el Frente de Apoyo para el Islam y los Musulmanes (SGIM), una rama de Al Qaeda con sede en Mali.

La última vez que se supo de ella fue en 2019, cuando en un video la religiosa pidió ayuda al Papa Francisco. El general Fernando Murillo, detective a cargo de la investigación, reveló que el rapto se realizó con fines de rescate sin un monto económico exacto, que la Santa Sede mediaría su liberación, y que la religiosa tenía problemas de salud “en la pierna y el riñón”.

La Congregación de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada está celebrando actualmente una novena de oración por la liberación de la hermana Narváez.

“Que Dios, que es el Padre de todos, nos ayude en esta petición. En nuestro dolor nos sentimos impotentes ante este secuestro sin precedentes, y pedimos a la comunidad cristiana sus oraciones y a la comunidad internacional que no olviden que en el secuestro de una persona se apodera una parte de nuestra humanidad”, indicó Sor Noemí.

Mons. Múnera saludó y expresó cercanía a las religiosas de la congregación, recordándoles que los obispos tampoco se olvidan de la religiosa y piden por su pronto regreso.

Finalmente, agradeció todas las gestiones que la Sección para las Relaciones con los Estados, oficina que comprende todas las relaciones diplomáticas del Vaticano con los estados del mundo, sigue realizando para la liberación de la religiosa.