Desde esta semana hasta el final de la Pascua, la Iglesia nos convida a los discursos de San Juan Evangelista de la Santa Cena del Señor.
Lavar los pies, como Cristo lo hizo con San Pedro, es el signo de ser discípulos de su Cuerpo y su Sangre.
Hoy nos adentramos en el mismo banquete pascual en el conocimiento de corazón a corazón por el mismo Sacramento de Nuestra fe en el conocimiento cara a cara del Hijo del Padre, el Camino, la Verdad y la Vida.
Prepararnos para cuando Él nos venga a buscar para llevarnos a una de esas moradas que está preparando para nosotros y con los nuestros en el Cielo junto a los Santos a los que hemos clamado tanto en estos días de funeral y de elección papal.
Nuestro corazón y sus angustias han de ser habitados por el Espíritu del Resucitado que recibimos en plenitud al comulgar.
¡Hay mucho por hacer! Nos ha dicho el Papa León XIV. Hemos de hacerlo de manera discreta, en la soledad del encuentro con el único Dios Uno y Trino, y en diálogo colaborador con quienes quieren hacer el bien desinteresadamente.