En este día evoco a los Santos Carmelitas: Teresa de Jesús, Juan de la Cruz, Teresita del Niño, Teresa de la Cruz, Isabel de la Trinidad y la Teresa de America, la de los Andes, la que llega a Jesús a través de María:

«Desde chica amé mucho a la Santísima Virgen, a quien confiaba todo mis asuntos. Con solo Ella me desahogaba y jamás dejaba ninguna pena ni alegría sin confiársela. Ella correspondió a ese cariño. Me protegía y escuchaba lo que le pedía siempre. Y Ella me enseñó a amar a Nuestro Señor. Ella puso en mi alma el germen de la vocación».

En la Orden del Carmen la Virgen es la Madre y Hermana de casa.

La primera Santa Carmelita de nuestro continente, fallecida a los 20 años, dejo escrito en sus diarios: «…la Santísima Virgen… Su vida fue contemplar, sufrir y amar. Y todo esto en el silencio, en la soledad».

A ella presentamos nuestras súplicas, pedimos su protección con el escapulario del Carmen y hacemos ofrendas en favor de los pobres.