Israel Castillo de Jesús

Todo dominicano preocupado por el rumbo que lleva su país, debe regocijarse por la noticia con la que amanecimos este lunes. Se trata de una familia evidentemente multimillonaria, perteneciente al Partido Revolucionario Moderno y acusada de lavado de activos por el Ministerio Público.

Pero la trascendencia no reside en esa familia, sino en lo que el allanamiento implica. Paso a explicar:

Hechos
1. Históricamente, los gobiernos y la clase política nacional han sido cómplices del crimen organizado en sus distintas modalidades, especialmente el narcotráfico;

2. Resulta evidente que ni en la República Dominicana, ni en ningún país del mundo, los jefes del crimen organizado ascienden sin el contubernio de políticos influyentes;

3. Es bien sabido, que entre nosotros conviven acaudalados personajes, cuya procedencia nadie o conoce o nadie quiere conocer, eso incluye al Ministerio Público;

4. Si apelamos a la memoria, encontraremos pocos o ningunos capos del narcotráfico o corruptos gubernamentales, acusados ante la justicia por iniciativa exclusiva del Ministerio Público, sin la presión estadounidense (deténgase y piénselo);

5. El actual procurador, ha demostrado un talento excepcional para ignorar la larga lista de escándalos de corrupción y narcotráfico surgidos en los últimos años y que han copado la prensa nacional a todo lo largo y ancho.

Luego de estos 5 puntos, no es difícil reparar en que el allanamiento, no ha sido fruto de la eficiencia del Ministerio Público ni de su intención de luchar contra estos crímenes, porque de ser así, ¿Por qué esperar tantos años para por fin actuar con aparente determinación contra este flagelo?

Tampoco es difícil notar, que el evento coincide con una situación desesperada del oficialismo, que según todos los pronósticos, saldrá del poder el próximo 16 de agosto.

AHORA VAMOS A LO NUESTRO:

Lo mejor que puede pasarle a nuestro país, es que el Ministerio Público actual, en los días que le quedan, desate una verdadera cacería contra los narcotraficantes, aun cuando ignore a aquellos que se encuentran vinculados al partido de gobierno y solo señale a los que se vinculan al PRM.

¿Por qué? Pues porque es lo correcto, los criminales deben ser perseguidos y castigados, pero, además, y aquí viene lo importante, provocaría una actitud de venganza en las filas del PRM. No es que la venganza sea buena, eso ni pensarlo, pero si el PRM alcanza el poder, se desencadenaría una persecución implacable contra los corruptos del gobierno anterior, permitiendo a este sufrido pueblo, ver tras las rejas a narcotraficantes y corruptos de una vez y por todas.

Lástima que ocurra por las razones incorrectas.