Estados Unidos anunció el 21 de noviembre que las conversaciones de paz para poner fin a la guerra en Yemen comenzarán el próximo mes en Suecia. La declaración surge tras una creciente presión global para detener las campañas de bombardeo perpetradas por una coalición dirigida por los sauditas, las cuales han desatado condiciones que podrían considerarse crímenes de guerra, de acuerdo con un informe de las Naciones Unidas publicado en agosto.

El anuncio realizado en el Pentágono por el secretario de Defensa Jim Mattis tuvo lugar poco después de una declaración que hizo el miércoles el organismo de ayuda Save the Children, en la que se enfatizaba lo desgarrador del conflicto: se calcula que es probable que unos 85.000 niños hayan muerto de inanición desde que comenzaron los bombardeos en 2015.

Los expertos sostienen que Yemen se ha convertido en la peor crisis humanitaria del mundo, y catorce millones de personas podrían estar al borde de la inanición, de acuerdo con las Naciones Unidas.

‘Es algo que sin duda se puede evitar’

“Por cada niño que muere debido a las bombas y balas, decenas más se están muriendo de hambre, y es algo que sin duda se puede evitar”, dijo en una declaración Tamer Kirolos, director de Save the Children en Yemen. “Los niños que se mueren de esta manera sufren muchísimo porque las funciones de sus órganos vitales se lentifican hasta que finalmente se detienen”.

De acuerdo con la declaración, 85.000 era un cálculo conservador de la cantidad de niños menores de 5 años que han muerto de inanición entre abril de 2015, cuando Arabia Saudita comenzó su guerra aérea, y octubre pasado.

Además de los ataques aéreos, Arabia Saudita ha impuesto sanciones económicas y bloqueos en Yemen, lo cual ha agravado la crisis humanitaria.

El precio de los alimentos se ha duplicado

David Beasley, el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, visitó Yemen la semana pasada y describió una situación atroz.

“Lo que vi esta semana en Yemen es lo que se ve en pesadillas: horrores, carencias, miseria. Y nosotros, la humanidad entera, somos los únicos culpables”, dijo Beasley el 16 de noviembre ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Desde la primavera, el precio de los alimentos básicos se ha duplicado, añadió Beasley. “Para un país que depende de las importaciones para cubrir las necesidades básicas de la vida, esto es un desastre”, afirmó.

A medida que crece el saldo de muertes por las operaciones militares, la nueva prioridad es reconstruir la economía con el fin de evitar una hambruna generalizada.

“Esto es un desastre”, dijo David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos.CreditTyler Hicks/The New York Times.

La guerra bloquea el ingreso de la asistencia

Arabia Saudita intervino en la guerra civil de Yemen en abril de 2015 para pelear contra los rebeldes chiitas, respaldados por su rival en la región, Irán. El bombardeo, que depende en gran medida de armas y equipo de Estados Unidos, ha desgarrado al país.

Debido a los combates cerca del puerto de Hudaydah, una entrada crucial para las labores de asistencia, los programas humanitarios se han reducido, según afirmó Martin Griffiths, enviado especial de las Naciones Unidas en Yemen, el viernes ante el Consejo de Seguridad.

Save the Children dijo que se habían visto obligados a desviar la ruta de las provisiones para el norte del país, las cuales ahora tienen que entrar por el puerto de Adén, al sur, por lo que las entregas están tardando tres semanas en lugar de una.

De acuerdo con Stephen L. Anderson, director del Programa Mundial de Alimentos en Yemen, se considera que 8,4 millones de personas están en una situación de inseguridad alimentaria severa, el paso anterior a la hambruna.

“Actualmente, según análisis y cálculos, ese número podría aumentar un 50 por ciento aproximadamente”, indicó Anderson en una entrevista telefónica el 14 de noviembre. “Aun si mañana se firmara una paz, lo cual es muy poco probable, de cualquier modo estaríamos ante una crisis humanitaria masiva”, añadió.

Trump y su defensa de los sauditas

El presidente estadounidense Donald Trump ha defendido la intervención de Arabia Saudita en Yemen al culpar a Irán del conflicto. El martes declaró que Teherán era el “responsable de la sangrienta guerra de poder que libra con Arabia Saudita en Yemen”, mientras que “Arabia Saudita con gusto se iría de Yemen si los iraníes aceptaran irse”.

Al favorecer a Arabia Saudita, Trump ha ignorado la conclusión de sus propios expertos de inteligencia de que el joven gobernante de facto del reino, el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, ordenó el asesinato del disidente Jamal Khashoggi; ha impulsado su agenda política de “Estados Unidos primero” al presumir haber logrado un acuerdo de compra de armas muy conveniente con los sauditas, y se ha empecinado en que necesitan de la ayuda de Arabia Saudita en el Medio Oriente para contener a Irán.

El 14 de noviembre, Trump alabó a los sauditas por la reducción en el precio del petróleo. Escribió en Twitter: “El precio del petróleo está bajando. ¡Grandioso! Como un buen recorte de impuestos para Estados Unidos y el mundo. ¡Disfrútenlo! 54 dólares, antes 84. Gracias, Arabia Saudita, pero ¡hay que seguir reduciendo el precio!”.

Al prácticamente absolver al príncipe heredero de toda responsabilidad en el asesinato de Khashoggi —“¡Tal vez lo hizo o tal vez no!”, dijo Trump—, está ignorando una lista comprobable de desastres humanitarios y abusos a los derechos que ha cometido el reino; además, en opinión de los analistas, perdonar a Arabia Saudita podría envalentonar a los autócratas de todo el mundo.

Este mes, Estados Unidos afirmó que cesarían los vuelos de recarga de combustible para la campaña militar en Yemen y que prepararía sanciones en contra de los sauditas vinculados al asesinato de Khashoggi. Pero esas medidas se consideraron limitadas y una mera respuesta a la abrumadora condena internacional.

La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional sostuvo que Estados Unidos aportaba más de 566 millones de dólares en asistencia para mitigar la crisis humanitaria. En una ficha técnica publicada el 9 de noviembre, se mencionaron los daños que ha sufrido la infraestructura civil a partir del despliegue de la coalición saudita en los alrededores de la ciudad portuaria de Hudaydah.

Mattis no especificó la fecha para las conversaciones de paz por temor a adelantarse a la declaración de las Naciones Unidas.

“Parece que en los primeros días de diciembre, en Suecia”, dijo en Washington. “Veremos tanto al grupo de los rebeldes hutíes como al gobierno reconocido por la ONU, el del presidente Hadi; todos ellos estarán ahí”.

Mattis agregó que la coalición liderada por los sauditas había puesto fin a las ofensivas en el área de Hudaydah en espera de las negociaciones.

Fuente: NY Times