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Ser puntero en esta opinión se limita a referirnos de manera narrativa a alguna temática en la que se hace uso de informaciones sobre una variable que encabeza, lidera o se destaca dentro de un conjunto de valores y características, simplificados en lo que se denominan indicadores, de los de tipo económico. Sin embargo, no siempre estar adelante en la lista significa algo positivo, también podría tener una connotación negativa, como podrá apreciarse en la opinión sobre los precios.

Conocer algunos indicadores económicos que representen parte de la realidad dominicana es importante, porque ayuda a fundamentar las conversaciones coloquiales y las profesionales, desprovistas de juicios con carácter especulativos. El papel que juegan los datos es clave para el soporte de los juicios impersonales y la objetividad.

Con frecuencia mensual, el Banco Central de la República Dominicana publica el comportamiento de la tasa de inflación, basado en el cálculo del Índice de Precios al Consumidor, dar a conocer el dato no solo es una señal de transparencia comunicacional, sino además un deber para que los agentes económicos y público en general disponga de información para fundamentar mejor sus tomas de decisiones.

A octubre, la entidad monetaria oficial comunicó que la tasa de inflación acumulada para los primeros diez meses de 2019 fue de un 3.06 %, lo que indica que podría cerrar el año sobre el piso de la meta y más cercano al punto medio de la meta de inflación anual que es de un 4.0 %. El referido dato de los precios casi siempre es objetado por los ciudadanos, como le acontece a la mayoría de los otros indicadores económicos que se publican periódicamente.

La misma información que ofrece el Banco Central permite apreciar la variación de precios por grupos de quínteles de ingreso, que aparecen en el costo de la canasta básica familiar, en las citadas informaciones, la correspondiente al quintil 1 –la de la población de menos ingresos- aparece con el indicador de la inflación más alta, conforme al cálculo de esta opinión, equivalente a un 4.4 %, pudiéndose entonces tipificar como la inflación de los pobres, con el acento de que es la mayor subida de precios de los quintiles y la mayor del promedio general.

Mientras la población de menos ingreso padece de la inflación más alta, el grupo correspondiente al mayor nivel de ingreso –quintil 5-, recibe una menor tasa de inflación en los primeros diez meses del año en curso, al registrar un indicador de un 2.6 %.

Ahora que se inicia el periodo navideño, es bueno destacar que el indicador de ingreso de remesas, muestra que la economía nacional percibe más dólares en diciembre que en cualquier otro tiempo del año, en promedio anual el equivalente a un 9.5 % del total recibido, lo que evidencia que es el mes puntero en la lista de los doce que tiene el calendario.  Como muestra, en 2018 el país recibió remesas por un monto de US$ 6,694 millones, de los cuales US$ 604.0 millones correspondieron a diciembre.

Otro indicador alineado al título que encabeza esta opinión es el de la demanda total, variable que en la economía nacional es uno de los motores básicos que la mueve. Dentro de cada año su comportamiento ha sido zigzagueante; sin embargo, su pico se muestra en diciembre como común denominador, situándose en alrededor de un 10.0 % de la demanda agregada, por lo que el referido indicador es liderado por el mes número doce del año. Una muestra de lo afirmado aconteció en 2018, cuando la demanda total alcanzó RD$ 4,177,199 millones y la de diciembre fue de RD$ 422,524 millones.

Respecto al indicador de la informalidad, con algún nivel de frecuencia se confunde sobre el papel que juega en la economía dominicana, tal es el caso de si el aporte de la informalidad al Producto Interno Bruto (PIB) es equivalente a su participación dentro del empleo total y resulta que no, la contribución de la informalidad al PIB ronda un 38.0 %; mientras que en el empleo total es de un 49.0 %, demostrando que el empleo formal es mayor con un 51.0 %. Es posible que las Cuentas Nacionales no puedan capturar en forma precisa la medición de la informalidad al PIB, habida cuenta que el sector opera en condiciones que no siempre es detectable.

En la misma línea de la población ocupada, la fuerza de trabajo por grupo de edades que encabeza el empleo en la economía dominicana es la comprendida entre las edades de 40 a 59 años, al ocupar el primer lugar dentro del total con un 38.4 %. El referido rango de edad dentro del total de la población del país que asciende a 10,358,320 personas, ocupa el segundo lugar, lo que evidencia, que no siendo el primer grupo que lidera la población por conglomerado de edad dentro de la población total, se lleva el primer lugar de la población ocupada.

El hallazgo del indicador por rango de edad, descrito precedentemente, muestra que la población joven –la comprendida entre las edades de 15 a 24 años y la que le sigue-, ubicada en la frecuencia de edades de 25 a 39 años, no son los grupos de edades ocupados que lideran la fuerza de trabajo empleada en el mercado laboral de la República Dominicana, conforme a la encuesta continua del mercado de trabajo más reciente publicada por el Banco Central.

En lo relativo al indicador de la población ocupada por sexo –que en total ronda los 4,657,618-, la masculina encabeza el empleo con un 59.5 %, esta participación es pese a que la composición de la población femenina y masculina es similar, con un 50.1 % y un 49.9 %, respectivamente. El dato podría revelar la posibilidad de discriminación en el empleo de la fuerza de trabajo por género.

La disponibilidad de efectivo en poder del público, es un indicador que muestra que diciembre ocupa el primer lugar dentro de los doce meses del año, como ejemplo puede presentarse el comportamiento de esa variable monetaria correspondiente al 2018, cuando alcanzó el monto máximo de RD$ 117,046 millones.

Otros indicadores económicos de importancia correspondiente a variables homogéneas, como el ingreso fiscal, el gasto público, las reservas internacionales y la inversión extranjera directa, no muestran un desempeño que permita identificar en forma contundente, que un determinado mes del año encabeza el comportamiento.

Como ha podido apreciar el lector, los indicadores presentados permiten saber que existe una tasa de inflación de los pobres y que es la más alta, que diciembre lidera el mes de mayor entrada de remesas al país y de demanda agregada en la economía, que el empleo formal es más alto que el informal, que la población más adulta es la que ocupa la mayor proporción de empleos, que los hombres lideran la cantidad de empleos y finalmente, que diciembre es el mes de mayor cantidad de billetes y monedas en poder del público.