Un edificio de Gaza es bombardeado por Israel. REUTERS

Bombardeos masivos sobre la Franja tras el lanzamiento de más de 180 cohetes

Nadie parece querer empezar otra guerra en Gaza, pero las hostilidades se desencadenan a veces por un malentendido. Tras la muerte de dos milicianos de Hamás, abatidos el martes por un tanque, la escalada bélica no ha dejado de crecer. Israel ha bombardeado desde el miércoles más de 150 objetivos de grupos islamistas de la Franja, con un saldo de tres palestinos muertos y una treintena de heridos, en respuesta al lanzamiento de 180 cohetes desde el enclave costero sobre territorio israelí, que han causado heridas al menos a 23 personas.

Las milicias palestinas de Gaza declararon el alto el fuego al mediodía del jueves, a la espera de que el Gabinete de Seguridad de Israel, reunido en Jerusalén, lo ratificase. La situación parecía volver a la casilla de salida tras un nuevo episodio de enfrentamientos como los tres que se han sucedido desde el 29 de mayo, en los que la mediación de Egipto y Naciones Unidas permitió controlar la tensión entre dos bandos irreconciliables que han librado tres guerras en una década. No fue así.

Todo había comenzado el martes con un error de apreciación. El Ejército israelí interpretó que un ejercicio con fuego real de las brigadas Ezedin al Qasam, el brazo armado de Hamás, ponía en peligro a un destacamento y abrió fuego con un carro de combate contra un puesto de vigilancia palestino. La venganza de la milicia islamista aguardó hasta la noche del miércoles, cuando una lluvia de cohetes se precipitó sobre suelo israelí fronterizo con la Franja. Miles de civiles se dirigieron a los refugios, en uno de los peores enfrentamientos en torno al enclave desde el final de la guerra registrada en 2014.

El escudo defensivo Cúpula de Hierro interceptó más de 30 proyectiles y al menos otra decena impactó contra zonas habitadas como la ciudad de Sderot, donde una inmigrante tailandesa sufrió heridas graves. El resto de los cohetes cayeron en descampados.

La aviación de combate de Israel lanzó tres oleadas de bombardeos durante la noche contra posiciones militares de Hamás y de la Yihad Islámica que causaron la muerte de una mujer de 23 años embarazada y de su hija de 18 meses, así como la de un miliciano de Ezedin al Qasam.

Cohete de medio alcance

Este era el balance de los ataques cruzados cuando ambas partes se disponían a retornar a la tregua que puso fin hace cuatro años a la mayor contienda entre Israel y Hamás. Pese a que apenas causó daños materiales, el impacto de un cohete de medio alcance Grad cerca de la ciudad de Beersheba (la mayor del sur del país, con 200.000 habitantes), situada 40 kilómetros al sureste de la ciudad de Gaza, dio al traste con la mediación del jefe de la inteligencia militar de El Cairo, general Kamal Abbas, y del enviado regional de la ONU, Nickolay Mladenov.

Israel replicó con una acción de represalia contundente. Un bloque de cinco plantas del norte de la capital de la Franja quedó arrasado por un ataque aéreo. El Ejército considera que el inmueble era usado por milicias de Hamás, aunque fuentes gazatíes citadas por France Presse aseguran que albergaba un centro cultural y oficinas de organizaciones sociales. Al menos 18 palestinos resultaron heridos en el bombardeo del edificio, próximo al domicilio de Ismail Haniya, máximo líder del movimiento islamista que gobierna de facto la Franja.

Las sirenas de alarma antiaérea seguían sonando por la noche en las poblaciones israelíes colindantes con Gaza, mientras sus habitantes se preparaban para una nueva noche en los refugios. Los gazatíes se disponían también a ocultarse ante la amenaza de nuevas incursiones aéreas. Israel y Hamás, que estaban negociando en las últimas semanas una tregua de larga duración, bordean ahora otra guerra devastadora.

El sistema antimisiles de Iron Dome dispara un misil interceptor mientras se lanzan cohetes desde Gaza hacia Israel este jueves.
El sistema antimisiles de Iron Dome dispara un misil interceptor mientras se lanzan cohetes desde Gaza hacia Israel este jueves. AMIR COHEN (REUTERS).

Fuente: El País