Trabajadores retiran un cartel electoral que muestra a Alberto Feijóo, líder del conservador Partido Popular, en la sede del partido en Madrid, ayer.FOTO AP/EMILIO MORENATTI)

La incertidumbre se profundizó cuando los dos principales partidos indicaron que esperan tomar el poder. Parece que lo único seguro es que el país enfrentará semanas, tal vez meses, de negociaciones políticas y posiblemente una nueva elección para solucionar el lío.

España amaneció ayer lunes en medio del desorden político luego que las elecciones generales de la víspera no dejaran a ningún partido con un camino claro para formar un gobierno por sí mismo.

La incertidumbre se profundizó cuando los dos principales partidos indicaron que esperan tomar el poder. Parece que lo único seguro es que el país enfrentará semanas, tal vez meses, de negociaciones políticas y posiblemente una nueva elección para solucionar el lío.

A continuación se ofrece un vistazo a lo que sucedió y lo que podría ocurrir en los próximos meses.

UNA AMARGA VICTORIA PARA LA OPOSICIÓN

El Partido Popular (PP) de centro derecha de Alberto Núñez Feijóo obtuvo la mayor cantidad de votos y terminó con 133 escaños. Pero, contrariamente a lo que señalaban casi todos los sondeos preelectorales, el PP no alcanzó los 176 escaños que necesita un partido para asegurar la mayoría en el Parlamento de 350 asientos.

En pocas palabras, la decisión del PP de considerar crear una coalición con Vox no rindió frutos entre los votantes.

Con su intención declarada de destituir al presidente del gobierno Pedro Sánchez ahora lejos de ser segura, el PP insiste en que, como el partido mejor ubicado en la votación, tiene el derecho a formar un gobierno.

Asumir el cargo como un gobierno minoritario también dejaría al PP luchando por su supervivencia en casi toda propuesta de ley que presente.

Además de Vox, el PP tiene pocos amigos en el Parlamento.

Pese a todos los pronósticos, Sánchez tiene una remota posibilidad de mantenerse en el cargo. Su partido, el PSOE, obtuvo 122 escaños y su principal socio potencial, Sumar, tiene 31.

Desde 2019, su gobierno de coalición de minoría izquierdista ha contado con el apoyo de pequeños partidos regionales en las regiones vasca y catalana. Sánchez podría intentar repetir ese acto de equilibrio.

Pero incluso si logra reunir nuevamente a las tropas regionales, se avecina un gran obstáculo: necesitará el apoyo o la abstención del partido secesionista catalán Junts.

El líder del partido, Carles Puigdemont, es miembro del Parlamento Europeo y vive en Bélgica. Pero también es un prófugo de la justicia española y enfrenta una posible extradición para ser juzgado por impulsar la independencia de Cataluña en 2017.

Funcionarios de Junts han dicho que querrán algo a cambio de hacer un trato con Sánchez. La idea de que exijan a cambio un referéndum de independencia para Cataluña abrirá una caja de Pandora tanto para España como para Sánchez.

¿QUIÉNES SON LOS OTROS IMPLICADOS IMPORTANTES?

Además del conservador PP y PSOE de centroizquierda, los otros dos implicados principales son Vox, liderado por Santiago Abascal, y el movimiento izquierdista Sumar, encabezado por la vicepresidenta del gobierno, Yolanda Díaz.

La perspectiva de que España tenga un partido de ultraderecha en el poder por primera vez desde la dictadura del general Francisco Franco ha disminuido por el momento después que Vox perdió 19 de sus bancas parlamentarias para terminar con un total de 33. Aun así, sigue siendo la tercera fuerza política del país.

Sumar, con 31 escaños, no logró desplazar a Vox del tercer lugar, pero ha anunciado que buscará formar otro gobierno progresista de izquierda con Sánchez.

¿HABRÁ OTRA ELECCIÓN?

El nuevo Parlamento se reunirá en un mes. De acuerdo con el procedimiento oficial, está previsto que el rey Felipe VI invite a uno de los líderes del partido -Feijóo o Sánchez- para intentar formar un gobierno.

Ese líder sometería entonces su candidatura a votaciones parlamentarias. Cualquier candidato que obtenga suficiente apoyo puede formar gobierno.

Los 350 legisladores tienen hasta tres meses para llegar a un acuerdo. De lo contrario, habrá que convocar nuevas elecciones.

Fuente: Agencia AP