Probablemente, pasar del enfoque del economista al terreno psicológico sería todo un atrevimiento; por lo que ante esa posibilidad, solicito un permiso a los profesionales de la conducta para abordar el problema de ponerse en el lugar del otro. Mi única intención es abonar el camino del entendimiento, como un paso previo a la unidad partidaria, a fin de preservar el legado que nos dejara el fundador, mentor, guía y líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el profesor Juan Bosch.

Resulta ser que el año que transcurre, en términos políticos, es clave para la toma de decisiones, por aquello de las elecciones 2020. Quienes tienen que tomar las principales decisiones electorales, se enfrentan a conflictos con el entorno y consigo mismos, posicionándolos en una difícil situación. Encontrar las soluciones no es tarea simple, especialmente, cuando involucra a más de uno: de ahí la importancia de tener empatía e intentar colocarse en el lugar del otro, a fin de comprenderlo.

Empatía no es simpatía, tampoco implica renunciar a nuestras convicciones; es en esencia darnos cuenta de lo que siente el otro, incluso, sin que nos lo comunique, con el objeto de comprender lo que le acontece.

Los conflictos son inherentes a la naturaleza humana y la lucha política no escapa a ellos y siempre existirán, de manera que, un inadecuado manejo conllevará a separar aún más a los que contienden; por eso la importancia de procurar ser empático: una manera de distanciarse por un espacio de tiempo de nuestra forma de ver las cosas, abriendo por esa vía, el camino para entrar en las emociones que rodean al otro.

La persona que tiene que tomar la decisión más difícil es aquella igual a las demás: con éxitos, reveses, desafíos y el que se enfrenta a situaciones adversas, no siempre elegidas por él -sino impuestas por las circunstancias-; me refiero al presidente Constitucional de la República, el licenciado Danilo Medina Sánchez.

El presidente Medina tiene la convicción de que ha logrado muchas cosas, entre ellas, que ha realizado una buena gestión en sus años de gobierno, y de eso no hay dudas; como no las hay entonces, el reconocimiento del éxito es una de las vías del desarrollo de la empatía.

La creencia del Presidente de que con más tiempo a su disposición podría alcanzar los objetivos aún no logrados y que consiguiendo ese entendimiento de la población podría cumplir con lo no alcanzado: Comprender esa convicción mediante la colaboración, en un estado de derecho y fortalecimiento institucional, para que los asuntos pendientes puedan hacerse realidad, gracias a acuerdos que permitan que dichos objetivos no alcanzados formen parte del compromiso de la sucesión, es fundamental para el relevo y la unidad.

Reconocerle al Presidente que su impronta y liderazgo son importantes para la continuidad del PLD en el poder, es necesario y conveniente para el que tenga más posibilidades de ganar las elecciones del 2020: por lo que importantizar ese apoyo, potencializa el triunfo.

El Presidente de la República tiene un equipo en el Gobierno y en el partido que dependen de él. En esa condición, ellos ejercen todo tipo de presión, pero como humano que es, no solo trata de sintonizarse con ellos, sino que también le pueden producir presiones. Administrar el conflicto señalado no es fácil, para el que tenga que tomar una decisión; por lo que la empatía juega aquí un papel importantísimo, pues se tiene que extender hacia sus colaboradores, para que se puedan manejar con la calma necesaria debido a la coparticipación que conformarían a partir del 2020.

En algún momento de la vida el temor arropa a cualquier persona y conduce a un estado anímico donde percibe riesgos intentando evitarlos o escapar de ellos. Entonces, pensar que existe el temor por la creencia de que habrá una retaliación política, permite mantenerse informado para estar conscientes del estado real de la situación; garantizar que eso no acontecerá es la mejor forma de provocar calma

Por último, resulta comprensible que el Presidente y sus colaboradores se animen a querer continuar en el Gobierno. Sin embargo, también es del conocimiento de ellos que existe un impedimento constitucional y que solo modificándolo se abriría un espacio para continuar dirigiendo el Gobierno, y que las circunstancias de hoy no son las mismas que las del 2015: por lo que los riesgos podrían ser mayores, de embarcarse en una iniciativa política, como la de cambiar por segunda vez, para un mismo propósito, la Constitución de la República.

Ponerse de acuerdo sobre la base del respeto a lo institucional, del reconocimiento de la impronta gubernamental, garantiza al liderazgo político y participación en la continuación gubernamental a partir del 2020, sería la clave para más éxitos del PLD.