Santo Domingo, Distrito Nacional.- En el Congreso de la República, cursa el proyecto de ley de partidos y agrupaciones políticas, sobre esa iniciativa mucho se ha escrito y hablado, permitiendo que avance; no sin antes presentarse escollos dentro y fuera de las instituciones políticas y coyunturas que han dilatado su aprobación final.

Este examen se limita a opinar acerca del método de elección interna que las instituciones políticas tendrían que implementar de conformidad a lo que finalmente pueda disponer la ley.  En esa dirección dos son las posibilidades que están en el debate, la primera relativa al voto cerrado, donde solo la militancia inscrita en un partido tiene derecho a sufragar para la elección del o los candidatos y la segunda, el voto abierto, que procura la participación de la ciudadanía con derecho a voto universal para que decida sobre quién o quiénes deben ser los candidatos, sin distinguir si es miembro o no del partido.

Si partimos de lo que establece el Art. 216 de la Constitución de la República Dominicana de 2015, que señala acerca de los partidos políticos que: «Su conformación y funcionamiento deben sustentarse en el respeto a la democracia interna y a la transparencia…», hoy no deberíamos estar discutiendo sobre la posibilidad de celebrar primaria abierta, por lo dispuesto en la cita y además por el consenso entre especialistas en derecho electoral, en cuanto a definir el concepto de democracia interna que aparece en la Carta Magna.

Justo la experta, Flavia Freidenberg, de la Universidad de Salamanca, resume la definición generalmente aceptada de democracia interna, como: «Desde una perspectiva pluralista eso significa la inclusión del criterio de competencia, adopción de valores democráticos tales como la libertad de expresión y la libertad de elección para sus miembros y, por tanto, utilizar mecanismos competitivos en el proceso de toma de decisiones, la participación del afiliado en la formación de la voluntad partidista…».

Apréciese que la autora rescata aspectos claves en la definición de democracia interna, libertad de elección para sus miembros y participación del afiliado en la formación de la voluntad partidista; al enfatizar en esos aspectos, supone que aspirar a disponer primarias abiertas sería un atentado letal a la democracia interna de los partidos y agrupaciones políticas, e incluso, hasta para la propia constitución.

La legitimización de las decisiones en las organizaciones políticas tiene un nombre y apellido, democracia interna, si la constitución hubiera querido dejarle espacio a otro tipo de voluntad partidista, como la externa, no le pone el apellido de interna; por lo que de aprobarse estaría contraviniendo la Ley fundamental de un Estado y devaluar la carrera del militante político.

De todas formas y ante los intereses que promueven primarias abiertas en el referido proyecto de ley, es bueno ponderarles los siguientes aspectos:

1.- ¿Qué utilidad marginal tendría ser miembro de un partido, si el derecho a votar en su organización para elegir un candidato lo comparte con el ciudadano que no hace militancia política organizada?  La respuesta, ninguna, por lo que no tendría sentido hacer activismo político organizado, especialmente porque cuando eres miembro debes acogerte a la disciplina y ese es un costo que el ciudadano común no lo asume.

2.- ¿En la misma línea, qué característica básica debe tener un dirigente político a lo interno de un partido? Ser orientador de la militancia, a fin de que estos puedan hacer valer sus derechos con conocimiento de causa; esta condición se perdería si al ciudadano no organizado se le otorga el derecho a votar en elecciones abiertas dentro de los partidos y organizaciones políticas.

3.-En una institución política quienes conocen mejor al que aspira un cargo electivo es el miembro de la matricula; por lo que ese voto de calidad no debe perderse, compartiéndolo con ciudadanos que no han mostrado interés y decisión por la actividad política organizada.

4.-En estos tiempos en que la sociedad demanda mayor transparencia y menor contaminación de las actividades ilícitas hacia la vida interna de las instituciones políticas, otorgarle el derecho a elegir al ciudadano no político, es abrirle la puerta a aquellos que quieran utilizar la política como un vehículo para fortalecer lo ilícito en toda la dimensión de la palabra.

5.-Posibilitar el voto abierto haría más costosas las campanas internas y eso es un factor motivador para que el dinero mal habido penetre a las organizaciones políticas, al tiempo de perjudicar a aquellos aspirantes a cargos electivos que su único activo político es su discurso, frente al que posee o puede agenciar otro tipo de activo, como el dinero, esté o no manchado.

6.-Probablemente el promover primarias abiertas podría ser una forma de legitimar liderazgo interno que no se tiene, al perderlo cuando se le da la espalda a la militancia y se procura como alternativa agenciar votos externos que pueden ser conquistados con acciones puntuales hasta el mismo día de la votación, como la compra de votos clientelar, escenario más difícil de construir con un sistema de votación cerrado, donde la membresía dispone de información suficiente para emitir voto castigo o voto no contaminado.

7.-La elección abierta desnaturaliza hasta la propia conformación de los denominados movimientos externos, en cuanto a que estos se organizan alrededor de un candidato por razones estrictamente coyunturales y al darle la prerrogativa de poder votar estaría influyendo en una decisión interna.

8.-Las primarias abiertas le daría espacio para que desde otros partidos se elija al candidato que a ellos les interese, no al que el partido le convenga y en el caso de ser abierta; pero simultánea, organizada por la JCE, este organismo no dispone de los recursos financieros adicionales; por lo que una eventual acogida en la ley, en la misma habría que consignar la fuente para obtener los fondos que se requerirían para montar un evento de esa magnitud.

9.-Las primarias abiertas son expresiones de populismo político, al ser un recurso manipulador y demagógico del discurso, con el objeto de ocultar lo real, con lo falso, al tiempo de no ser una expresión de voluntad partidista; sino de contaminación, porque hace inclinar la balanza a favor de la voluntad externa, que siempre será mayor que la interna, dado que la población apartidista es mayor que la partidista.

10.-Plantear que las primarias abiertas sean el ejercicio de mayor transparencia, es una admisión de incompetencia de su «principal liderazgo»; en el entendido que no es capaz de conformar un padrón sin vicios.

11.-Promover el derecho a voto con capacidad de elección en el PLD a ciudadanos no miembros de la organización, viola sus estatutos, que en su Art. 9, literal A, le reserva ese derecho solo a los miembros; e incluso en la versión aún inconclusa del proyecto de estatuto del Congreso Norge Botello, ese dispositivo no queda modificado.

Como corolario de este prontuario, imaginémonos que el Vaticano permita que el Papa sea elegido por los evangélicos; o que el gabinete de un gobierno lo conforme la oposición y no el Presidente que ha sido electo; o también que una orquesta sinfónica la dirija el que está en la boletería del teatro, solo porque al público asistente se les ocurra, o si quieren más, que la conducción de un avión en ruta de alto riesgo, recaiga en la decisión de los pasajeros que realizaran el viaje y no de la dirección técnica de la empresa de aviación.