A corto plazo y sin la garantía de un control mínimo, el 5G podría traer consecuencias negativas.
Por José Carlos Cueto

Dos meses antes del veto del presidente Donald Trump a Huawei, el principal impulsor del 5G en Estados Unidos, en las entrañas de algunas de las instituciones más importantes del país se cocía una severa preocupación: la amenaza que esta tecnología supondría para la seguridad nacional.

Y la inquietud no tiene solo que ver con los señalamientos de espionaje y los presuntos vínculos entre el gigante de las telecomunicaciones y el Partido Comunista Chino, algo que la compañía niega con vehemencia.

El pasado 27 de marzo la Marina estadounidense (U.S. Navy) hizo público un memorándum dirigido a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC en inglés), en el que alarmaba sobre la velocidad con la que se implementaba el 5G en el país norteamericano.

El documento, basado en estudios previos de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), alerta sobre la degradación que los sistemas de predicción meteorológica pueden sufrir si no regula adecuadamente el desarrollo de la tecnología 5G.

La NOAA rechazó realizar declaraciones sobre el tema.

  • Cómo la expansión de la tecnología 5G está provocando una batalla geopolítica

Seguridad de vuelos y planifición militar

La preocupación de las fuerzas militares sobre dicha situación no es menor, porque los cuerpos militares navales y aéreos dependen estrechamente de los pronósticos del clima para garantizar la seguridad de sus operaciones.

En concreto, el 5G interferiría directamente en el tipo de banda utilizado para medir el vapor de agua, «requerido para obtener parámetros tangibles de precipitaciones como nieve, hielo, lluvia y altura de las olas», sostiene el memorándum.

Dicha degradación dañaría no solo la seguridad de los vuelos sino también la planificación estratégica y operativa en el campo de batalla.

Debate sobre el 5G en Estados Unidos.
Las bandas empleadas por el 5G en Estados Unidos podrían acarrear un riesgo para la seguridad nacional estadounidense.

Los ciclones tropicales, consecuentemente, podrían tener un efecto aún más devastador, ya que la medición de vapor de agua es empleada para predecir la trayectoria, la intensidad y el posicionamiento de dichos fenómenos.

Los senadores estadounidenses Maria Cantwell de Washington y Ron Wyden de Oregón reclamaron a la FCC el control sobre la oferta de bandas para la instalación del 5G, luego de que se vendieran cerca de US$2.000 millones de infraestructura «sin garantizar las protecciones mínimas requeridas».

«No podemos dañar la predicción climática y llevarla a los niveles de los años 70. Millones de estadounidenses viven amenazados por huracanes, tornados y otros eventos climáticos extremos», declaró Wyden.

Los efectos negativos del 5G impactarían especialmente las grandes áreas urbanas, zonas donde se están instalando con más abundancia los repetidores de esta señal.

Inundaciones producidas por el huracán Harvey en Texas.
Más de 30.000 personas fueron ubicadas en refugios de emergencia tras el paso del huracán Harvey en 2017.

En 2017, el huracán Harvey azotó el Golfo de México y más de 30.000 personas fueron ubicadas en refugios de emergencia. Además, las pérdidas materiales ascendieron a decenas de millones de dólares, incluyendo 2 millones de barriles de petróleo por refinerías afectadas.

No solo en EE.UU.

Las dudas sobre el 5G trascienden océanos.

«Existe un potencial de que emisiones no deseadas del 5G empobrezcan ciertas observaciones en tierra. Actualmente, Reino Unido y Europa recomiendan que la banda 26GHz sea la pionera del 5G», le explica a BBC Mundo Mike Banks, gerente de operaciones de la Oficina Meteorológica (Met Office) de Reino Unido.

«El problema para la comunidad científica es que nuestros sensores de vapor de agua operan en una banda adyacente a la 26GHz (la misma banda empleada en Estados Unidos)», prosigue.

«La Organización para la Explotación de Satélites Meteorológicos (Eumetsat) y la Agencia Espacial Europea (ESA) han llevado a cabo estudios que muestran la necesidad de limitar la banda aplicada para el equipamiento del 5G para proteger los datos recibidos por los sensores en cuestión», continúa Banks.

«Dentro de Europa, estos límites han sido establecidos y ofrecen la protección requerida», concluye.

Impacto en el comercio marítimo

Del total del comercio internacional, el marítimo maneja unos volúmenes aproximados del 90%, según datos ofrecidos por la Organización Marítima Internacional (OMI) en 2016.

«El clima marítimo es impredecible, y es por ello que la predicción es tan importante. Fuertes vientos, tormentas, olas y mar de fondo pueden causar graves accidentes a la tripulación», señala el Centro Marítimo para Lesiones.

Pero la seguridad no es el único sector comprometido por el clima.

Buque comercial.
El marítimo acapara más del 90% del comercio mundial.

«Cada ruta comercial es diseñada con mucho cuidado para realizarla de la forma más eficiente posible con vistas al ahorro de energía y combustible. Para ello no solo nos basamos en la predicción del clima, sino también en la comunicación entre embarcaciones«, contó Carleen Lyden Walker, Embajadora de OMI, a BBC Mundo.

Por otra parte, Lyden Walker hace notar su prudencia sobre todo lo relacionado con la tecnología 5G.

«Creo que hay mucho politiqueo e intereses económicos detrás. A largo plazo, confío en que esta tecnología permitirá incrementar el número de satélites en el espacio, lo cual sin duda será una revolución en las comunicaciones», añade Lyden Walker.

Mayor exposición al hackeo

Sin dudas, una de las grandes revoluciones que traerá el 5G será lo que se conoce como «internet de las cosas«. La concepción de un nuevo mundo hiperconectado donde las neveras, los automóviles o los aires acondicionados estarán enchufados a la red retroalimentándose de información.

Dispositivo de hogar.
El 5G impulsará el Internet de las Cosas.

«Tener tantos dispositivos en línea aumenta el riesgo de ciberataques. A mayor exposición, la vulnerabilidad ante el hackeo se intensifica, especialmente en un contexto en el que el talento en ciberseguridad escasea», declara a BBC Mundo Soledad Antelada Toledano, Ingeniera en Ciberseguridad del Berkeley Lab en California.

Antelada reconoce que el gran reto del «internet de las cosas», impulsado por la nueva generación de conectividad, es garantizar la seguridad de los usuarios ante los ataques de hackers.

Fuente: BBC Mundo